Estar juntos nunca había sido tan importante

El mes de marzo de 2020, todo cambió, el mundo se redujo al interior de nuestras casas, nuestra vida laboral, social y familiar se mudó a nuestros hogares y todos juntos, empezamos a mirar detrás de nuestras ventanas todo aquello que dábamos por sentado; nos vimos obligados a reconocer nuestra fragilidad y la de todo lo que nos rodeaba, aprendimos también a abrazar con la mirada, a imaginar los gestos detrás de las mascarillas y a esperar a que el alcohol en gel hiciera lo suyo en nuestras manos antes de hacer casi cualquier cosa.    

Han transcurrido varios meses de aislamiento de carácter voluntario, meses en los que las restricciones de movilidad, interacción y esparcimiento se han ido modificando continuamente al igual que las medidas para protegernos y proteger a quienes nos rodean, dando como resultando que dichas medidas de prevención se hayan relajado; sin embargo, es importante que no olvidemos que estamos inmersos en una pandemia y que la comprensión y el seguimiento de las normas establecidas en todos los ámbitos de nuestra vida, están vinculadas directamente con el resultado final esperado de cero contagios y, cada uno de nosotros somos indispensables para lograrlo²:

- Sigamos las normas de distanciamiento social, limpieza y desinfección.

- Evitemos tocarnos los ojos, nariz y boca, sin habernos lavado las manos.

- Lavémonos las manos con agua y jabón frecuentemente, evitando usar exclusivamente el gel antibacterial.

- Lavémonos las manos por al menos 20 segundos después de:

• Sonarnos la nariz, toser o estornudar.
• Ir al baño.
• Colocarnos, tocar o quitar el cubrebocas o la careta de plástico.
• Antes de comer o de preparar los alimentos.
• Antes de salir o llegar a cualquier destino.

La pandemia, también nos recordó que cada día estamos expuestos a un sin número de eventos que pueden poner en riesgo nuestra vida y la de nuestros seres queridos, incluso todo aquello por lo que trabajamos incansablemente.

Por ello, es muy importante cuidar nuestro patrimonio y contar con aliados que protegen de nuestra salud y la de nuestros seres queridos.

La incertidumbre, la ansiedad y el estrés en que probablemente nos encontramos inmersos, no tiene por qué seguir robándonos la paz y la tranquilidad, merecemos dormir tranquilos sabiendo que alguien más se preocupa por nosotros, protegiéndonos, cubriéndonos económicamente, preocupándose por nuestro futuro para que cumplamos con nuestras metas, cubriendo los gastos derivados de diagnósticos, honorarios e insumos médicos, gastos hospitalarios e incluso fallecimientos, se trate de Covid o no; contar con protección económica contra los imprevistos que podemos sufrir, para anular o reducir su impacto, es prioritario.  

Dedicarnos tiempo, dedicarlo a quienes amamos, a la materialización de nuestras metas y sueños, a reinventarnos y descubrir la vida junto a quienes amamos es lo más importante en estos momentos, dejemos todo lo demás en manos de quienes nos saben cuidar, permaneciendo juntos, construyendo lazos para el futuro.